Tengo la piel tibia, pero mucho frío en mi alma,
quizás se deba a que en esta tarde gris de otoño,
tu recuerdo que permanecía dormido,
comenzó a hacer daño de nuevo en lo profundo.
Sé bien que prometí que aquietaría mi llanto,
para que libre al fin con tus nuevas alas alzarás vuelo.
¡Pero es que necesito tanto sentir por un instante,
la calidez de tus caricias sobre mi cuerpo!
Quedarme quieta y extasiada a tu lado,
viendo a tus ojos suaves de estrellas cubrirse,
cuando tus manos colosales con gracia apasionada,
en mis contornos dibujaban un mundo de caricias.
Hoy te necesito… por eso deja que sangre hecha llanto.
Te prometo que mañana volveré a ser la que deseabas,
la serena mujer enamorada que firme sigue su sendero,
y no esta niña atemorizada que suplica por ti.
quizás se deba a que en esta tarde gris de otoño,
tu recuerdo que permanecía dormido,
comenzó a hacer daño de nuevo en lo profundo.
Sé bien que prometí que aquietaría mi llanto,
para que libre al fin con tus nuevas alas alzarás vuelo.
¡Pero es que necesito tanto sentir por un instante,
la calidez de tus caricias sobre mi cuerpo!
Quedarme quieta y extasiada a tu lado,
viendo a tus ojos suaves de estrellas cubrirse,
cuando tus manos colosales con gracia apasionada,
en mis contornos dibujaban un mundo de caricias.
Hoy te necesito… por eso deja que sangre hecha llanto.
Te prometo que mañana volveré a ser la que deseabas,
la serena mujer enamorada que firme sigue su sendero,
y no esta niña atemorizada que suplica por ti.